El Servicio Nacional de Meteorología dijo que la tormenta se desplazaba por California hacia el desierto Mojave y Las Vegas, arrojando nieve en partes del norte de Arizona y Utah. El hielo y la nieve crearon condiciones peligrosas en Nuevo México y en partes de Texas y Oklahoma.
Ráfagas de viento fuerte derribaron árboles en California, matando al menos a tres personas en el estado en días recientes. Dos personas murieron y una tercera está desaparecida después de que los vientos soltaron de sus amarras a embarcaciones en la Isla Santa Catalina, frente a la costa del sur de California.
Más de 180 automovilistas fueron rescatados después de quedar varados por nieve en carreteras montañosas al noreste de Los Ángeles.
No obstante, muchos residentes del sur de California estaban emocionados por ver nieve a la puerta de su casa. Aaron Adams, administrador de la ciudad de Temécula, dijo que sus hijas de 12 y 14 años estaban deslizándose sobre la nieve afuera de su casa en tablas que se utilizan normalmente en la playa o piscinas. Comentó que nunca había visto tanta nieve —con 15 centímetros de altura (medio pie) en algunos lugares— en dos décadas que ha vivido ahí. “Uno pensaría que se despertó en Tahoe o algo así”, dijo Adams. “Nuestro sector antiguo parece un pueblo para esquiar”.
En Flagstaff, Arizona, se pronostican hasta 38 cm (15 pulgadas) de nieve para el Día de Año Nuevo. Funcionarios de la ciudad de Pasadena instaron a quienes asistan al desfile tradicional que se preparen con varias capas de ropa y calentadores en pies y manos.
Los productores de cítricos de California al parecer salieron ilesos de la tormenta. El potencialmente dañino frío no se materializó anoche en la mayoría de las zonas, y sólo en pocos puntos se requirió alguna forma de protección contra congelamiento, dijo Joel Nelsen, presidente de California Citrus Mutual. Setenta y cinco por ciento de la cosecha de este año aún está en los árboles, señaló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario